Plan

Lectura de Hoy

08-06-2024

DEVOCIONAL

Devocional: Deuteronomio 12

Aunque el libro de Deuteronomio mira constantemente hacia atrás, hacia el Éxodo y los años en el desierto, también mira hacia adelante: el pueblo está a punto de entrar en la Tierra Prometida, y ciertas cosas tendrán que cambiar. En períodos de transición, hay que saber distinguir entre aquello que debe cambiar y aquello que no.

El capítulo de ayer incluye la palabra hoy: “Recordad hoy que fuisteis vosotros, y no vuestros hijos, los que visteis y experimentasteis la disciplina del Señor vuestro Dios. Vosotros visteis su gran despliegue de fuerza y de poder” (Deuteronomio 11:2). Se trata de una palabra muy importante a lo largo del libro. Una comprensión acertada del pasado nos prepara el camino para los cambios que hay que efectuar hoy, estando el pueblo a punto de entrar en la Tierra Prometida. En Deuteronomio 12 el cambio más importante que se contempla es el establecimiento en la propia tierra de un lugar donde Dios escogerá “poner su nombre”, y establecer su morada (12:5, 11). En otras palabras, el capítulo anticipa el momento cuando nadie de forma independiente ofrecerá sacrificios allí donde el adorador esté (12:8), ni el tabernáculo móvil de los años en el desierto, serán aceptables; en su lugar, Dios establecerá un centro estable en la tierra.

sino que iréis y lo buscaréis en el lugar donde, de entre todas vuestras tribus, él decida habitar. Allí llevaréis vosotros vuestros holocaustos, sacrificios, diezmos, contribuciones, promesas, ofrendas voluntarias, y los primogénitos de vuestros ganados y rebaños. Allí, en la presencia del Señor vuestro Dios, vosotros y vuestras familias comeréis y os regocijaréis por los logros de vuestro trabajo, porque el Señor vuestro Dios os habrá bendecido” (12:5-7).

Al cabo de un tiempo, el tabernáculo se estableció en Silo, Betel, y por fin en Jerusalén, donde fue sustituido por el templo en tiempo de Salomón.

Las circunstancias de cambio ofrecen tanto puntos de continuidad, como puntos de discontinuidad. Moisés insiste que en aquel tiempo futuro, igual que ahora, no habrá tolerancia alguna de las prácticas cúlticas paganas de las naciones alrededor ni de las que eliminen de la Tierra Prometida (12:29:31). Por otro lado, la distancia que separará a la mayoría del pueblo del santuario central implicará que no se puede esperar que maten todos los animales en los recintos del templo, ni que continúen observando las distinciones entre la parte de la carne que correspondía a los sacerdotes y la suya propia. Ahora será perfectamente legítimo que maten sus animales y que los coman de la misma manera como matarían y comerían cualquier animal de caza (12:15-22). Pero aún así, hay tres aspectos que siguen vigentes. (1) No deben olvidarse de su deber de sostener a los Levitas –muchos de los cuales dependen de los servicios del tabernáculo/templo para su sostenimiento– (12:23-25); (2) no deben consumir la sangre del los animales que maten (12:23-25); (3) se sigue esperando de ellos que ofrezcan sacrificios consagrados en el lugar central de culto en los días de fiesta principales, cuando cada familia debe presentarse delante del Señor (12:26-28).

Seguirán otras transiciones importantes en la historia de la redención, y todas ellas exigen que meditemos y reflexionemos en ellas (ej., Salmo 95:7- 11Marcos 7:19Juan 16:5-11Hebreos 3:7-11).

Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen I, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2013. Usado con permiso.
Devocional: Isaías 40
Tres observaciones para preparar el camino: (a) Si Isaías tenía treinta años cuando Dios le llamó a ser profeta en el año en que murió el rey Uzías (6:1), tenía entonces sesenta y nueve cuando se produjo la invasión asiria en 701, y setenta y dos en 698, cuando murió Ezequías. La tradición ajena a la Biblia dice que vivió un poco más, dentro del reinado del malvado rey Manasés, que decidió matarlo. Huyendo de este, el anciano Isaías se escondió en un árbol hueco del bosque, donde los hombres del rey acabaron encontrándolo. Estos cortaron el tronco con una sierra, con Isaías aún dentro. Hebreos 11:36-37 puede estar mencionando este episodio. (b) En esta cronología, Isaías había previsto en 712 a. C. la invasión babilonia (39:5-7).

Sin embargo, la invasión asiria de 701 captó sin duda la mayor parte de su atención hasta que ocurrió. A juzgar por lo que leemos en los siguientes capítulos, Isaías pasó los restantes años de su vida en un ministerio de consuelo y ayuda al remanente fiel en los oscuros días que se avecinaban. Este ministerio fue quizás público y oral durante los tres años restantes de la vida del rey Ezequías. Por el contrario, bajo el régimen brutalmente represivo de Manasés, el ministerio del profeta se dirigió probablemente al círculo íntimo de sus discípulos (8:16-17) y en la página escrita que estos preservarían hasta que una nueva generación estuviese preparada de nuevo para escuchar las palabras de Dios transmitidas por medio de él. (c) Temáticamente, la siguiente sección engloba los capítulos 40—55, que están llenos de consuelo basándose en la asombrosa grandeza de Dios y la inconmensurable expiación del pecado que provee.

El consuelo ofrecido en el párrafo inicial (Isaías 40:1-11) consta de al menos cinco elementos. (a) Siguen siendo el pueblo de Dios, “mi pueblo” (40:1). A pesar de la devastadora predicción de los versículos anteriores, relativa a la destrucción de Jerusalén y la deportación de sus habitantes, Dios consolará de nuevo a la ciudad (40:2, un claro paralelismo con “mi pueblo”). (b) Sus pecados han sido perdonados. Estos fueron los que desencadenaron el juicio, por lo que las noticias son buenas: “ya ha cumplido su tiempo de servicio, ya ha pagado por su iniquidad”. La forma como se cumplen estas palabras no se revela totalmente hasta el capítulo 53, pero la obertura anuncia el esplendor sinfónico. (c) A consecuencia de su perdón, Dios mismo traerá a los exiliados de vuelta a casa, allanando su camino (40:3- 4), reuniendo a su rebaño como un pastor (40:11), revelando por tanto su gloria a toda la raza humana (40:5); el tema misionero es recurrente. (d) Por muy voluble que sean las personas, Dios es totalmente fiable (40:6-8). (e) Las buenas noticias gritadas desde Sion/Jerusalén son: “¡Aquí está vuestro Dios! Mirad, el SEÑOR omnipotente llega con poder” (40:9, 10). No es de extrañar, pues, que los restantes versículos del capítulo permanezcan en la absoluta majestad de Dios.

Este devocional es un extracto de Por amor a Dios, Volumen II, por Donald A. Carson © Andamio Editorial, 2016. Usado con permiso.
Deuteronomio 12
El único lugar de culto
12 »Estos son los estatutos y los decretos que observarán cuidadosamente en la tierra que el SEÑOR, el Dios de tus padres, te ha dado para que la poseas todos los días que ustedes vivan sobre su suelo. Destruirán completamente todos los lugares donde las naciones que desposeerán sirven a sus dioses: sobre los montes altos, sobre las colinas y debajo de todo árbol frondoso. Y demolerán sus altares, quebrarán sus pilares sagrados, quemarán a fuego sus imágenes de Asera, derribarán las imágenes talladas de sus dioses y borrarán su nombre de aquel lugar.
»No actuarán así con el SEÑOR su Dios, sino que buscarán al SEÑOR en el lugar en que el SEÑOR su Dios escoja de todas sus tribus, para poner allí Su nombre para Su morada, y allí ustedes irán. Allí llevarán sus holocaustos, sus sacrificios, sus diezmos, la contribución de su mano, sus ofrendas votivas, sus ofrendas voluntarias, y el primogénito de sus vacas y de sus ovejas. Allí también ustedes y sus familias comerán en presencia del SEÑOR su Dios, y se alegrarán en todas sus empresas en las cuales el SEÑOR su Dios los ha bendecido. De ninguna manera harán lo que hacemos aquí hoy, que cada cual hace lo que le parece bien a sus propios ojos; porque todavía no han llegado al lugar de reposo y a la heredad que el SEÑOR su Dios les da.
10 »Cuando crucen el Jordán y habiten en la tierra que el SEÑOR su Dios les da en heredad, y Él les dé descanso de todos sus enemigos alrededor de ustedes para que habiten seguros, 11 entonces sucederá que al lugar que el SEÑOR, su Dios, escoja para morada de Su nombre, allí traerán todo lo que yo les mando: sus holocaustos y sus sacrificios, sus diezmos y la ofrenda alzada de su mano, y todo lo más selecto de sus ofrendas votivas que han prometido al SEÑOR. 12 Y se alegrarán en presencia del SEÑOR su Dios, ustedes, sus hijos y sus hijas, sus siervos y sus siervas, y el levita que vive dentro de sus puertas, ya que no tiene parte ni heredad entre ustedes.
13 »Cuídate de no ofrecer tus holocaustos en cualquier lugar que veas, 14 sino en el lugar que el SEÑOR escoja en una de tus tribus, allí ofrecerás tus holocaustos, y allí harás todo lo que yo te mando.

La carne y las ofrendas

15 »Sin embargo, podrás matar y comer carne dentro de todas tus puertas, conforme a tu deseo, según la bendición que el SEÑOR tu Dios te ha dado; el inmundo y el limpio podrán comerla, como si fuera de gacela o de ciervo. 16 Solo que ustedes no comerán la sangre; la derramarán sobre la tierra como el agua.
17 »No te es permitido comer dentro de tus ciudades el diezmo de tu grano, de tu vino nuevo o de tu aceite, ni de los primogénitos de tus vacas o de tus ovejas, ni ninguna de las ofrendas votivas que prometas, ni tus ofrendas voluntarias, ni la ofrenda alzada de tu mano, 18 sino que lo comerás en presencia del SEÑOR tu Dios en el lugar que el SEÑOR tu Dios escoja, tú, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, y el levita que vive dentro de tus puertas; y te alegrarás en presencia del SEÑOR tu Dios de toda la obra de tus manos. 19 Cuídate de no desamparar al levita mientras vivas en tu tierra.
20 »Cuando el SEÑOR tu Dios haya extendido tus fronteras como te ha prometido, y tú digas: “Comeré carne”, porque deseas comer carne, entonces podrás comer carne, toda la que desees. 21 Si el lugar que el SEÑOR tu Dios escoge para poner Su nombre está muy lejos de ti, entonces podrás matar de tus vacas y de tus ovejas que el SEÑOR te ha dado, como te he ordenado, y podrás comer dentro de tus puertas todo lo que desees. 22 Tal como se come la gacela y el ciervo, así la podrás comer; el inmundo y el limpio podrán comer de ella. 23 Solo cuídate de no comer la sangre, porque la sangre es la vida, y no comerás la vida con la carne. 24 No la comerás; la derramarás sobre la tierra como el agua. 25 No la comerás, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, porque estarás haciendo lo que es justo delante del SEÑOR.
26 »Solamente las cosas sagradas que tengas y tus ofrendas votivas, las tomarás e irás al lugar que el SEÑOR escoja. 27 Ofrecerás tus holocaustos, la carne y la sangre, sobre el altar del SEÑOR tu Dios; y la sangre de tus sacrificios será derramada sobre el altar del SEÑOR tu Dios, y podrás comer la carne. 28 Escucha con cuidado todas estas palabras que te mando, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti para siempre, porque estarás haciendo lo que es bueno y justo delante del SEÑOR tu Dios.

Advertencia contra la idolatría

29 »Cuando el SEÑOR tu Dios haya destruido delante de ti las naciones que vas a desposeer, y las hayas desposeído y habites en su tierra, 30 cuídate de no caer en una trampa imitándolas, después que hayan sido destruidas delante de ti, y de no buscar sus dioses, diciendo: “¿Cómo servían estas naciones a sus dioses para que también yo haga lo mismo?”. 31 No procederás así para con el SEÑOR tu Dios, porque toda acción abominable que el SEÑOR odia, ellos la han hecho en honor de sus dioses; porque aun a sus hijos y a sus hijas queman en el fuego en honor a sus dioses.
32 »Cuidarás de hacer todo lo que te mando; nada le añadirás ni le quitarás.

Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com
Salmos 97-98
LIBRO CUARTO
Soberanía y poder del Señor
97 El SEÑOR reina; regocíjese la tierra; Alégrense las muchas islas. Nubes y densas tinieblas lo rodean, Justicia y derecho son el fundamento de Su trono. Fuego va delante de Él, Y quema a Sus adversarios en derredor. Sus relámpagos iluminaron el mundo; La tierra vio y se estremeció. Como cera se derritieron los montes ante la presencia del SEÑOR, Ante la presencia del Señor de toda la tierra. Los cielos proclaman Su justicia, Y todos los pueblos han visto Su gloria.
Sean avergonzados todos los que sirven a imágenes talladas, Los que se glorían en los ídolos. Póstrense ante Él todos los dioses. Oyó Sión esto y se alegró, Y las hijas de Judá se han regocijado A causa de Tus juicios, oh SEÑOR. Porque Tú eres el SEÑOR, el Altísimo sobre toda la tierra, Muy excelso sobre todos los dioses.
10 Los que aman al SEÑOR, aborrezcan el mal; Él guarda las almas de Sus santos; Los libra de la mano de los impíos. 11 Luz se ha sembrado para el justo, Y alegría para los rectos de corazón. 12 Justos, alégrense en el SEÑOR, Y alaben Su santo nombre.

Alaben al Señor por su justicia
Salmo.


98 Canten al SEÑOR un cántico nuevo, Porque ha hecho maravillas, Su diestra y Su santo brazo le han dado la victoria. El SEÑOR ha dado a conocer Su victoria; A la vista de las naciones ha revelado Su justicia. Se ha acordado de Su misericordia y de Su fidelidad para con la casa de Israel; Todos los términos de la tierra han visto la salvación de nuestro Dios.
Aclamen con júbilo al SEÑOR, toda la tierra; Prorrumpan y canten con gozo, canten alabanzas. Canten alabanzas al SEÑOR con la lira, Con la lira y al son de la melodía. Con trompetas y sonido de cuerno, Den voces ante el Rey, el SEÑOR.
Ruja el mar y cuanto contiene, El mundo y los que en él habitan. Batan palmas los ríos, A una canten jubilosos los montes Delante del SEÑOR, pues viene a juzgar la tierra; Él juzgará al mundo con justicia, Y a los pueblos con equidad.

Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com
Isaías 40
Consolación de Israel

40 «Consuelen, consuelen a Mi pueblo», dice su Dios. «Hablen al corazón de Jerusalén Y díganle a voces que su lucha ha terminado, Que su iniquidad ha sido quitada, Que ha recibido de la mano del SEÑOR El doble por todos sus pecados».
Una voz clama: «Preparen en el desierto camino al SEÑOR; Allanen en la soledad calzada para nuestro Dios. Todo valle sea elevado, Y bajado todo monte y collado; Vuélvase llano el terreno escabroso, Y lo abrupto, ancho valle. Entonces será revelada la gloria del SEÑOR, Y toda carne a una la verá, Pues la boca del SEÑOR ha hablado». Una voz dijo: «Clama». Entonces él respondió: «¿Qué he de clamar?». Que toda carne es como la hierba, y todo su esplendor es como la flor del campo. Se seca la hierba, se marchita la flor Cuando el aliento del SEÑOR sopla sobre ella; En verdad el pueblo es hierba. Se seca la hierba, se marchita la flor, Pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre.
Súbete a un alto monte, Oh Sión, portadora de buenas nuevas. Levanta con fuerza tu voz, Oh Jerusalén, portadora de buenas nuevas; Levántala, no temas. Dile a las ciudades de Judá: «Aquí está su Dios». 10 Miren, el Señor Dios vendrá con poder, Y Su brazo gobernará por Él. Con Él está Su galardón, Y Su recompensa delante de Él. 11 Como pastor apacentará Su rebaño, En Su brazo recogerá los corderos, Y en Su seno los llevará; Guiará con cuidado a las recién paridas.
12 ¿Quién midió las aguas en el hueco de Su mano, Y con Su palmo tomó la medida de los cielos, O con un tercio de medida calculó el polvo de la tierra? ¿Quién pesó los montes con la báscula, Y las colinas con la balanza? 13 ¿Quién guió al Espíritu del SEÑOR, O como consejero suyo le enseñó? 14 ¿A quién pidió consejo y quién le dio entendimiento? ¿Quién lo instruyó en la senda de la justicia, le enseñó conocimiento, Y le mostró el camino de la inteligencia? 15 Las naciones le son como gota en un cubo, Y son estimadas como grano de polvo en la balanza. Él levanta las islas como al polvo fino. 16 El Líbano no basta para el fuego, Ni bastan sus bestias para el holocausto. 17 Todas las naciones ante Él son como nada, Menos que nada e insignificantes son consideradas por Él.
18 ¿A quién, pues, asemejarán a Dios, O con qué semejanza lo compararán? 19 El artífice funde el ídolo, El orfebre lo recubre de oro Y el platero le hace cadenas de plata. 20 El que es muy pobre para tal ofrenda Escoge un árbol que no se pudra; Se busca un hábil artífice Para erigir un ídolo que no se tambalee.
21 ¿No saben? ¿No han oído? ¿No se lo han anunciado desde el principio? ¿No lo han entendido desde la fundación de la tierra? 22 Él es el que está sentado sobre la redondez de la tierra, Cuyos habitantes son como langostas. Él es el que extiende los cielos como una cortina Y los despliega como una tienda para morar. 23 Él es el que reduce a la nada a los gobernantes, Y hace insignificantes a los jueces de la tierra. 24 Apenas han sido plantados, Apenas han sido sembrados, Apenas ha arraigado en la tierra su tallo, Cuando Él sopla sobre ellos, se secan, Y la tempestad como hojarasca se los lleva. 25 «¿A quién, pues, ustedes me harán semejante Para que Yo sea su igual?» dice el Santo. 26 Alcen a lo alto sus ojos Y vean quién ha creado estos astros: El que hace salir en orden a su ejército, Y a todos llama por su nombre. Por la grandeza de Su fuerza y la fortaleza de Su poder No falta ni uno.
27 ¿Por qué dices, Jacob, y afirmas, Israel: «Escondido está mi camino del SEÑOR, Y mi derecho pasa inadvertido a mi Dios?». 28 ¿Acaso no lo sabes? ¿Es que no lo has oído? El Dios eterno, el SEÑOR, el creador de los confines de la tierra No se fatiga ni se cansa. Su entendimiento es inescrutable. 29 Él da fuerzas al fatigado, Y al que no tiene fuerzas, aumenta el vigor. 30 Aun los mancebos se fatigan y se cansan, Y los jóvenes tropiezan y vacilan, 31 Pero los que esperan en el SEÑOR Renovarán sus fuerzas. Se remontarán con alas como las águilas, Correrán y no se cansarán, Caminarán y no se fatigarán..

Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com
Apocalipsis 10
El ángel y el librito
10 Vi a otro ángel poderoso que descendía del cielo, envuelto en una nube. El arco iris estaba sobre su cabeza, su rostro era como el sol y sus pies como columnas de fuego. Tenía en su mano un librito abierto. Puso el pie derecho sobre el mar y el izquierdo sobre la tierra, y gritó a gran voz, como ruge un león. Y cuando gritó, los siete truenos emitieron sus voces. Después que los siete truenos hablaron, iba yo a escribir, cuando oí una voz del cielo que decía: «Sella las cosas que los siete truenos han dicho y no las escribas».
Entonces el ángel que yo había visto de pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano derecha al cielo, y juró por Aquel que vive por los siglos de los siglos, QUIEN CREÓ EL CIELO Y LAS COSAS QUE EN ÉL hay, Y LA TIERRA Y LAS COSAS QUE EN ELLA hay, Y EL MAR Y LAS COSAS QUE EN ÉL hay, que ya no habrá más demora. Porque en los días de la voz del séptimo ángel, cuando esté para tocar la trompeta, entonces el misterio de Dios será consumado, como Él lo anunció a Sus siervos los profetas.
La voz que yo había oído del cielo, la  de nuevo hablando conmigo: «Ve, toma el libro que está abierto en la mano del ángel que está de pie sobre el mar y sobre la tierra». Entonces fui al ángel y le dije que me diera el librito. Y él me dijo*: «Tómalo y devóralo. Te amargará las entrañas, pero en tu boca será dulce como la miel». 10 Tomé el librito de la mano del ángel y lo devoré, y en mi boca fue dulce como la miel; pero cuando lo comí, me amargó las entrañas.
11 Y me dijeron*: «Debes profetizar otra vez acerca de muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes».

Nueva Biblia de las Américas Copyright © 2005 por The Lockman Foundation, La Habra, California. Todos los derechos reservados. Para más información, visita www.exploranbla.com

Acerca del Autor

0.00 avg. rating (0% score) - 0 votes
Mostrar Más

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Verifique también
Close
Back to top button